martes, 2 de junio de 2009

Dos poemas para el hombre flaco

I

El hombre flaco transcurría por los laberintos de su ciudad
Con su mirada-perro,
recolectando las palabras-mariposas
para los cuadros de Nidael.
Se le había metido todo el azul del cielo en los ojos
junto con las plegarias de los hombres que soñaban con soñar
y de las mujeres que parían contentas entre los jardines.
Entre los ronquidos de los colectivos y los silbatos de los trenes
podía meter sus manos para rescatar el aleteo de los gorriones
y detener la helada lluvia de julio sobre el lomo.
El hombre flaco tenía una mochila llena de cerámicas rotas
y sueños mal cocinados en el horno de su trabajo
que le habían dejado las manos pintadas con callos y nudos en la espalda.
Cuando lo vi pensé:
¿Quién mirará los ojos-perro
con los que el hombre flaco mira-perro el mundo?
¿Quién liberará las palomas anudadas en su espalda?
¿Quién le tomará las manos llenas de pintura
y se dejará pintar el cuerpo con ellas?¿
Quién espiará por su hombro las palabras-mariposas
de los cuadros de Nidael?
Y fue así que se me metió todo el azul del cielo en el pecho
y las plegarias de los hombres
y las mujeres parturientas
y las palomas anudadas
y las palabrasa-mariposas
y las manos pintadas
y las palabras-mariposas para Nidael.

II

el hombre flaco era una flor blanca
habitando en la solapa de un libro.
ella lo llevaba a todos lados,
porque sus ojos-perro
sus palabras-mariposas
y sus manos-pájaros
daban forma a las criaturas de dios
en medio del magma bruto de la ciudad informe
(y la vida se vuelve insípida
cuando no se admiran las criaturas de dios).

el hombre flaco era un chamán urbano:
tenía el don mágico de la palabra justa
y la mirada cierta y tierna.
ella lo buscaba en sus viajes en colectivo
y en los laberintos de las calles
porque una vez el hombre flaco,
que era sabio,
había soñado que soñaba entre el colectivo y las calles,
como ahora ella lo soñaba soñando también a él.

GÉNESIS

el hombre flaco se separó del magma
y creó el universo en siete días.
tomó el barro dulce de la tierra
y le insufló la vida, mi vida.
así nací, del soplido feliz de una promesa vacía
que me iluminó los ojos.
pero el hombre flaco,
que había ensayado otros mundos,
concibió que mi existencia era un pecado
y me maldijo ferozmente
confinándome a la raza de caín.
así perdí el paraíso
en siete putos malditos minutos
y de mis ojos corrieron ríos de dolor
y montañas de sal quemaron mis valles.
la tierra se heló, los árboles se talaron,
las cosechas dieron sus frutos secos y amargos.
yo quedé desterrada:
cubrí mi cuerpo desnudo, pero no logré borrar la vergüenza,
pinté mis ojos de oscuro, cerré mi alma a la luz,
tomé mis viejos poemas, dialogué con mis libros,
dormí entre los perros, moré ente los juncos,
visité cementerios, comí con los difuntos,
me acerqué a una estufa, incendié mi piel,
me embriagué con sangre, despedacé la esperanza,
apuñalé mi abdomen, corté mis manos, grité desolada,
cerré las ventanas, abracé el espanto
el absoluto espanto
y, al fin,
cansada, dolida, avergonzada, sucia, malherida
emprendí mi camino
quince cuadras hacia el otro lado.

Poema sin nombre

No parimos la primavera,
no, eso no pasó;
ni siquiera engendramos una estúpida flor.
No dimos a luiz la esperanza
tampoco alumbramos un sueño...
¿Será entonces que merecemos estar vivos?
¿No nos hemos tragado las palabras que valen?
Nos hemos quejado del ayer
mientras nos tapábamos los oídos;
nos hemos cosido los párpadoscon alambre de púas;
hemos disfrazado nuestra piel
con plástico y nylon;
hemos drenado los ríos de la vida
dirigiéndolos desde la orilla
sin mojarnos los pies...
Hemos visto la historia de lejos
nos esquivamos
y sin tocarnos,
de lejos,
nos descartamos.

sábado, 30 de mayo de 2009

Querer lo inquerible

Llamar y llamear
Traspasar el umbral del silencio
Ser un adlátere-un adjunto sombrío adherido a tu cuello-
Un sinsentido esclerótico
Un enculatado ser en fanfarria absurda
Un tumor disfrazado para persuadir tu agonía
Saber y desear revertir la verdad
Tener por un momento decencia y firmeza
Ser digno y no miserar esta trémula dolencia
Querer lo inquerible... lo indecible.

Forma contenida

Tu forma y la mía
La forma de esta esclavitud emocional
La forma de tu juego de seducción y sedición
Mi forma de amar tu arte
Y el Arte de Amar de Ovidio
Esta forma de de(s)formar y desinformar
Desinflando el sueño de ser un dual
Desechando esta hechura toráxica
de tenerte secretamente entre los muslos
Desterrando esta semilla antes de ser raíz

Desvanecer la viceversa

cuando las ropas y las trampas
se deshojan a los pies de la cama
cuando sólo quedamos nosotros dos
y sobran las palabras que previenen y provocan
tenemos suerte de tenernos cerca.

cuando es viceversa

y tenemos que ponernos los disfraces y las máscaras
alienándonos entre los relojes del hombre
en la tierra de los que sudan el pan
y los que no tienen oídos ni pies ni manos
tenemos la dicha del recuerdoque nos acerca.

¿será que hemos logradodesvanecer la viceversa?

La Dignidad

La dignidad de saber quién soy
y qué es lo que quiero
y todo lo que hoy puedo dar
y si no: lo invento.

La dignidad de creer en los sueños
propios y ajenos
y cuando alguien te eleva
a ese país que se enclava
entre un paréntesis de nubes
y luego te suelta
la gimnástica dignidad te hace caer con las manos al suelo
y con las mismas manos
levantar tu cuerpo.

La dignidad de caminar libre
y de correr ligero
la posibilidad de decir "hola"
"¿cómo estás?" o "te quiero"
la libertad de preguntar "¿quién?"
de decir "adiós", "nos vemos"
de meter en un bolso todos mis deseos
y arrancar a paso firme
por este, mi sendero.

DUELOS

I

Nació muerto
chiquito y muerto
tan muerto que parecía acunado
en un sueño placentero
tan dormido
que evaporaba al instante
la mueca esperanzada de los presentes.

Nació muerto
desconfiadamente muerto
tan muerto que parecía dormido
enlentecido en un profundo y letárgico sino
pero tenía verdes las entrañas
y un zumo agrio le cortaba la boca
tan agrio y tan seco
que se evaporaba al instante
llevándose la vida con él.

II

Nos parieron un bastardo
un acólito bastardo sin manos ni pies
ni cabeza ni ojos
nos parieron el ocaso
y lo dejamos crecer
lo alimentamos con sangre
con sangre y lucha
le dimos de comer
y el bastardo creció
como un tallo huérfano
sin el sueño de la primavera
creció y se esforzó por querernos
por nosotros por esto
por demostrarnos que tenía alas
aunque no tuviera cuerpo
creció prontamente
y tomó dimensiones obscenas
y cubrió con su sombra el recinto
y selló nuestras puertas con baba
y con la telaraña de sus ojos cretinos
y al fin, una noche
esa noche
el ocaso bastardo nos devoró.

Nació muerto
tan árido, tan yermo
desconfiadamente muerto
nació el amor.

Poema de una noche sin luna para un niño que muere en Palestina

Me persigno
pero no me resigno
no me puedo resignar
porque fui vejada
dura e injustamente
vejada
y brutalmente forzada
a cerrar los ojos
cuando estalló la bomba
en tu escuela
o cuando se llevaron a tu hermano
o cuando creí,
inocentemente,
que el muro que alzaban
los detendría.

Fui engañada
buscando los aromas de las especias de Gaza
o las mezquitas de Jerusalém
o las paredes en ruinas de sus templos
pero sólo hallé mezquinos ojos
que conjuraban palabras vacías
y fétidos olores que escapaban de los cuerpos.
Y de la gente de los libros
sólo retazos y miembros
y de su místico pueblo
sólo el polvo
y cadáveres de niños de ojos bien abiertos
y la certeza
la maldita certeza que me golpeó la frente
con sus mil esquirlas de plomo
y me alojó en el alma la verdad.